9 DATOS QUE DEBES SABER SOBRE EL DOMINGO DE RAMOS
Este domingo 14 de abril da inicio a la Semana Santa, una de las ceremonias más importantes de la vida cristiana.
En breve, mencionamos 9 datos que se necesita saber sobre esta fecha tomados del documento Vaticano de 1988 nombrado “Carta circular sobre la preparación y la celebración de las fiestas pascuales” (Cartas de fiestas pascuales)y del libro “Jesús de Nazaret: desde la entrada en jerusalén a la resurrección”, del papa Emérito Benedicto XVI.
1. Se le conoce al día como “Domingo de Ramos” o “Domingo de Pasión”.
Domingo de ramos proviene del hecho que se conmemora la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, cuando la multitud lo recibió con hojas de palma (Juan 12:13).
Domingo de pasión proviene del relato de la Pasión que se lee en este domingo.
2. Se realiza una procesión antes de la misa.
“La entrada del Señor en Jerusalén, ya desde antiguo, se conmemora con una procesión, en la cual los cristianos celebran el acontecimiento, imitando las aclamaciones y gestos, que hicieron los niños hebreos cuando salieron al encuentro del Señor, cantando el fervoroso ‘Hossana’”, mencionada en la Carta de fiestas pascuales.
3. Si se puede portar palmas u otros tipo de ramos en la procesión.
No es obligatorio utilizar hojas de palma en la procesión, también es común utilizar otros tipos de plantas locales como el olivo, sauce, abeto o de otros árboles.
Según el Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia: “A los fieles les gusta conservar en sus hogares, y a veces en el lugar de trabajo, los ramos de olivo o de otros árboles, que han sido bendecidos y llevados en la procesión”.
4. Los fieles deben ser informados sobre la celebración.
Según el Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia, “los fieles deben ser instruidos sobre el significado de esta celebración para que puedan captar su significado”.
“Debe recordarse oportunamente que lo importante es la participación en la procesión y no solo en la obtención de hojas de palma o de olivo”, que tampoco deben mantenerse “como amuletos, ni por razones terapéuticas o mágicas para disipar los malos espíritus o para evitar el daño que causan en los campos o en los hogares”.
5. Jesucristo reclamó el derecho de los reyes en la entrada triunfal a Jerusalén.
El uso de un animal (el burro) en el que nadie se había sentado aún es un indicador más del derecho de la realeza. Jesús quería que su camino y su acción sean entendidos en términos de las promesas del Antiguo Testamento cumplidas en su persona.
“Al mismo tiempo, a través de este anclaje del texto en Zacarías 9:9, una exégesis ‘fanática’ del reino está excluida: Jesús no está construyendo sobre la violencia; no está instigando una revuelta militar contra Roma. Su poder es de otro tipo: es en la pobreza y la paz de Dios, que identifica el único poder que puede redimir”, detalla el libro el Papa Emérito Benedicto XVI en su libro “Jesús de Nazaret: desde la entrada en Jerusalén a la resurrección”.
6. Los peregrinos reconocieron a Jesús como su rey mesiánico.
“Lo que hacen los discípulos es un gesto de entronización en la tradición de la monarquía davídica (del Rey David) y apunta a la esperanza mesiánica que surgió a partir de ésta”, indica el libro “Jesús de Nazaret: desde la entrada en Jerusalén a la resurrección”.
Los peregrinos “sacan ramas de los árboles y gritan versos del Salmo 118, palabras de bendición de la liturgia de los peregrinos de Israel que en sus labios se convierten en una proclamación mesiánica: '¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Bendito sea el reino de nuestro padre David que viene! ¡Hosanna en lo más alto!' (Mc 11: 9-10, ver Sal 118: 26)”.
7. Se considera “Hosanna” como un grito de júbilo y una oración profética.
Al gritar la palabra de “Hosanna” se expresan las emociones de los peregrinos que acompañan a Jesús y a sus discípulos: la alabanza alegre a Dios en el momento de la entrada procesional, la esperanza de que la hora del Mesías había llegado.
8. La multitud que se encontraba aplaudiendo la entrada de Jesús no es la misma que exigió su crucifixión.
Ahí las personas habían oído hablar del profeta de Nazaret, pero no parecía tener ninguna importancia para Jerusalén, y la gente allí no sabía quién era.
9. El relato de la Pasión goza de una especial solemnidad en la liturgia.
La Carta de Fiestas Pascuales menciona lo siguiente en el numeral 33:
“Es aconsejable que se mantenga la tradición en el modo de cantarla o leerla, es decir, que sean tres personas que hagan las veces de Cristo, del narrador y del pueblo. La Pasión ha de ser proclamada ya por diáconos o presbíteros, ya, en su defecto, por lectores, en cuyo caso, la parte correspondiente a Cristo se reserva al sacerdote".
Publicado anteriormente por ACI PRENSA.
Modificado por. Iván Diaz
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